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Trump y lo que nos espera

Trump y lo que nos espera

Jorge Santibáñez*

Pasadas las elecciones llamadas de medio término en Estados Unidos, Donald Trump tendrá una y solo una prioridad, reelegirse como presidente en 2020. La estrategia que seguirá es bastante predecible. El presidente norteamericano considera que para ganar elecciones hay que polarizar, dividir. A juzgar por lo que dice y hace, en su perspectiva, la estrategia le ha resultado exitosa. Incluso cuando algún miembro de su partido pierde, lo presenta como un resultado por no seguir su estrategia. Esa es su lectura al haber perdido el control de la cámara de representantes en el proceso que acaba de concluir. Explícitamente señaló que aquellos candidatos republicanos que no se sumaron a sus estrategias, perdieron y los que si lo hicieron y le organizaron mítines en donde sostuvo discursos estridentes e incendiarios, ganaron.

El asunto, que en México se piensa que es totalmente estadounidense e interno, nos compete directamente porque uno de los temas que mas polariza a la sociedad americana es el de la migración y la seguridad en las fronteras y en ambos, nuestro país juega un papel central. Para muchos votantes en Estados Unidos, la frontera peligrosa es la que se comparte con México y en la percepción colectiva, la palabra inmigrante está asociada con mexicanos o con las personas que entran por México. No importa que no sea cierto, la percepción hace actuar a los votantes, no la realidad.

El presidente Trump debe estar bastante ocupado enfrentándose a los demócratas en la Cámara de Representantes que ahora se sumarán a los principales medios de comunicación que han sido sus acérrimos críticos. Es precisamente por eso que recurrirá con mas vehemencia al tema migratorio y acusará a los demócratas de propiciar, tolerar y hasta financiar las caravanas de inmigrantes que “invaden” Estados Unidos con gente mala, delincuentes. Hasta para distraer de sus tropezones internos y los problemas legales de los que cada vez sale mas mal parado.

Cierto, los demócratas no sostienen ese discurso, pero no saldrán en nuestra defensa. Primero porque sería caer en la trampa que les tiende Trump y segundo, porque también ellos piden una frontera más segura y una inmigración mejor controlada. Recordemos que el primer “muro” importante en la frontera México-Estados Unidos lo desarrolló la administración de Bill Clinton y las organizaciones defensoras de los inmigrantes llamaban a Obama The Deporter in Chief.

¿Y México? ¿tendremos algo que decir o hacer para que esto no pase? ¿nos limitaremos a observar y escuchar estos ataques como si no fueran dirigidos a mexicanos? ¿le “daremos el avión” al Presidente Trump? ¿nos limitaremos a la agenda que durante años nos ha subordinado con nuestros poderosos vecinos, a saber comercio y seguridad? Sería un error del que tarde o temprano nos vamos a arrepentir. Sí hay una estrategia que nos hemos resistido a ver: empoderemos a los mexicanos en Estados Unidos. El día que Trump y los que siguen sepan que el discurso antimexicano les cuesta votos, porque hay una comunidad mexicana en Estados Unidos poderosa, importante política y económicamente y que no tolera ese discurso, se buscaran otro tema para dividir.

Ningún otro país del mundo tiene en Estados Unidos una comunidad de 36 millones de personas que quieren y se sienten identificados con su país de origen. Ahí están. Ya están integrados, conocen el sistema estadounidense, se trata solo de darles el empujón que hace falta para que tengan acceso a mejores oportunidades y se desarrollen en la sociedad en la que ellos eligieron vivir. Además, es nuestra obligación ¿o no?.

* Presidente y fundador de @MexaInstitute
con sede en Washington, D.C.

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