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7 April, 2019

Los “nuevos” cónsules y la comunidad mexicana en Estados Unidos


En días pasados la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) del gobierno de México dio a conocer 14 nuevos nombramientos para sus consulados en Estados Unidos, que fueron ratificados por el Senado mexicano. No es cosa menor, pues todos ellos darán la cara a una comunidad que se siente olvidada por el gobierno mexicano.

Estos cónsules tendrán la tarea de atender a cerca de 15.4 millones de personas de origen mexicano (de los 37 millones que viven en Estados Unidos), de los cuales 5.3 millones nacieron en México (es decir, son inmigrantes) y 10.1 millones nacieron en Estados Unidos (americanos de origen mexicano), en las siguientes circunscripciones: Los Ángeles, San José, San Francisco, San Diego, Phoenix, Laredo,
Houston, El Paso, Austin, Chicago, Nueva York, Miami, Raleigh y Boston.

Solo para entender la dimensión de esta comunidad, estamos hablando que es del mismo tamaño que la población total de 11 entidades federativas en México: Colima, Baja California Sur, Campeche, Nayarit, Tlaxcala, Aguascalientes, Quintana Roo, Zacatecas, Durango, Morelos, y Querétaro.

De acuerdo con el artículo 68 del Reglamento de la Ley del Servicio Exterior Mexicano, “El personal del Servicio Exterior tiene la obligación prioritaria de proteger los intereses de los mexicanos en el extranjero. Con este propósito prestarán sus buenos oficios, impartirán asistencia y protección consular…”. Además, según el artículo 81 del mismo reglamento, deben prestar los siguientes servicios:
expedir pasaportes, llevar el registro de mexicanos residentes en su circunscripción y expedir la matrícula correspondiente, auxiliar en la expedición de Cartillas del Servicio Militar Nacional, certificar documentos, realizar actos de registro civil; actuar como notarios; tramitar la solicitud para obtener la credencial de elector y demás funciones encomendadas por la SRE.

Además, aunque no se encuentra en el reglamento, los consulados también realizan otras actividades como: certificar traslado de restos humanos; coordinar actividades educativas y culturales con organizaciones de la sociedad civil, tales como las plazas comunitarias y coadyuvar en la prestación de servicios médicos mediante jornadas de salud, ferias y unidades móviles, etc.

Algunas cosas de las que poco se habla es que los cónsules también deberán hacer tareas de organización de visitas de funcionarios federales, gobernadores y políticos a sus circunscripciones, llenarles foros, conseguir patrocinadores para que den alimentos gratis a los asistentes o incluso gestionar paseos para sus familiares y amigos.

Por si fuera poco, los consulados deberán convertirse ahora en espacios estratégicos para la promoción y difusión turística de México, debido a que el gobierno mexicano desapareció el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM).

En las recientes comparecencias en el Senado Mexicano, se invitó a los cónsules designados a que: sean activos promotores de las actividades de intercambio comercial entre México y Estados Unidos; vigilen la aplicación del nuevo tratado comercial; promuevan la cultura e identidad mexicana, el uso del idioma español y el voto en México; aumenten la credencialización y visiten los centros de detención de migrantes, particularmente a las familias que son separadas y a los menores.

Asimismo, que visiten las cárceles y se acerquen a connacionales presos para que sepan que su gobierno no los abandona; incrementen los convenios con universidades americanas, gestionen becas estudiantiles, promuevan intercambios académicos y médicos y que se relacionen con centros de innovación y de generación de energía; además, que ayuden con las tareas de desmantelamiento de las redes de trata de personas y, por si les queda tiempo, que hagan algo para ayudar al control de flujo de armas que van de Estados Unidos a México.

A pesar de lo que mucho que se pide a los consulados, a la fecha el gobierno federal no ha elaborado un plan de atención para los mexicanos en Estados Unidos, solo lanzó un decálogo con ideas muy generales, y recientemente planteó el realizar foros en 13 ciudades norteamericanas (de 5 estados) que no representan a la totalidad de la comunidad en el país y sus necesidades.

Todas estas actividades deberán realizarse con menos dinero, ya que el gobierno mexicano redujo el presupuesto de todos los consulados. Originalmente la reducción fue de 82%, aunque según palabras del actual canciller Marcelo Ebrard resultó “un error de dedo” y afirmó que sería igual que el del año anterior, aunque tampoco fue cierto, ya que al final se les redujo 35%.

Con todas las tareas asignadas a los consulados, los recortes de presupuesto y la falta de un plan y acciones concretas en la materia, surge la pregunta, ¿al gobierno mexicano realmente le importa la comunidad mexicana en Estados Unidos? Quizá el mayor reto que tienen los consulados es el de adaptarse a un gobierno muy diferente a los anteriores y con líneas poco claras en política exterior.


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